Jefes de Negociado a punto de jubilarse



NOVEDADES

(MARZO/19) Octavio Granado , secretario de Estado de Seguridad Social, hace un nuevo cambio de las reglas del juego: defendió ayer la conveniencia de reordenar los derechos a percibir pensiones de viudedad. Sería en función de los ingresos de los beneficiarios, de manera que se reduzca el gasto al limitar el número de quien recibe estas prestaciones.

¿Que será lo próximo?:

- Aumento progresivo de los impuestos, con tramos de hasta el 60%. No creo que alguien esté dispuesto a trabajar si le descuentan, por IRPF, ese porcentaje u otro mayor.

- Jubilaciones a los 75 años (morir con las botas puestas!!!)

- Pensiones de orfandad hasta los 16 años, suprimiendo las pensiones de lo mayores de esa edad aunque sigan estudiando

- Equiparar progresivamente pensiones no contributivas con las contributivas, con la excusa de que somos todos iguales y con el mismo derecho a percibir la pensión ¿No entiendo como una persona, con 65 años, no haya trabajado nunca en su vida? ¿Quizás sea un vago o, siempre, lo ha "cobrado en negro"?

- Incluso, se dará el hecho de no otorgar pensión pública a los que tengan otra pensión percibida por un plan de pensiones privado.

Todo llegará y veremos cosas que hoy nos parecen insólitas. Todo va a suceder mientras la casta política viva del cortoplacismo electoral.

Sí, el tejado del sistema de pensiones actual se derrumba paulatinamente y nadie quiere reconocerlo. Todo es posible que ocurra con total seguridad, tal como lo he expuesto, hasta que no sustituyamos el sistema de reparto por otro de capitalización para los más jóvenes, a través de seguros de empresa cuyas mutuas, controladas por el Estado (salvo la pasta), al igual que ocurre con los seguros de vehículos, tienen un fondo de compensación para cubrir una posible quiebra de alguna. ¿Y para el periodo transitorio de la gente de mediana edad en activo, que hacemos? pues cubrirlo con lo que cuestan las comunidades autónomas, previa desmatelación. No existe otra solución.


              *****************************************************************

Algunos compañeros, Jefes de Negociado, nos dicen alegremente que ya les queda poco para jubilarse y que el tema de la funcionarización no les preocupa ni les importa, pero deberían saber lo siguiente:

El sistema público de pensiones, un sistema totalmente de reparto, está en crisis, eso es obvio. Las reformas de los últimos años han retrasado y retrasarán más la edad de jubilación; además de reducirse las futuras prestaciones mediante la ampliación de la base de cálculo y la aplicación de factores correctores, pero, aun así, es insuficiente.

Lo peor es que la insostenibilidad del actual sistema se empeorará paulatinamente a causa del progresivo envejecimiento de la población y el decremento demográfico.



La vinculación de las pensiones a la inflación supone una presión sobre el gasto, especialmente a partir del inicio de las jubilaciones de la generación del baby boom. A falta de medidas que la compensen, la deuda pública rondaría el 130% del PIB dentro en un horizonte no muy lejano. Así pues, el mantenimiento del poder adquisitivo de los jubilados mediante la revalorización de las pensiones en función del IPC ahogará en un mar de deuda pública a las futuras generaciones, especialmente a los jóvenes, que serían los encargados de tener que hacer frente a semejante factura con sus impuestos. El mantenimiento del actual sistema público de pensiones condenará a la sociedad española a un conflicto generacional, entre jóvenes y pensionistas.



Por lo tanto, como la esperanza de vida tiende a aumentar, los futuros jubilados vivirán más años que los actuales jubilados, sus derechos cotizados durante su vida activa deberán repartirse durante un número mayor de años y la cuantía mensual será más reducida para todos. España avanza hacia una pensión básica de carácter asistencial, con escasas diferencias entre la pensión máxima y mínima. Al final nadie cobrará nada cuando esté agotado el sistema.

El sistema público de pensiones es un timo piramidal disimulado, en el que todos tenemos que entrar de forma obligatoria cuando nos incorporamos a la vida laboral y en el que te cambian las reglas del juego, a peor, a lo largo del tiempo.

El Pacto de Toledo podría haber sido una buena herramienta a medio plazo. En manos de otros partidos, otros miembros de la Comisión, otros medios de comunicación informando y otros ciudadanos menos dispuestos a vivir en el mundo de fantasía de los presupuestos sin restricciones ¡Despertad, el dinero no cae del cielo!

La única reforma imprescindible de las pensiones es la de la información como la que os estamos ofreciendo. Ni reglas paramétricas, ni IRP, ni Factor de Sostenibilidad… Todo esto está muy bien, pero no hay que engañarse. Con ningún actual partido político con representación en el parlamento español, ni con los listos ni con los tontos, ni con catastrofismo ni con esa mentira de "asegurar la sostenibilidad", ni con Pacto ni sin Pacto; en cualquier circunstancia previsible, las pensiones de los españoles caerán bastante en relación a los sueldos por no haberse adoptado un sistema de capitalización hace años.

Si hay algo que los Jefes de Negociado a punto de jubilar deberían saber es que las tasas de sustitución y reemplazo (relación pensión / salario medio o pensión / último salario) de las que han disfrutado otros jubilados en los últimos 20-25 años, y que están entre la más altas de Europa, no volverán. Eso no quiere decir que no habrá pensiones públicas. Decir eso es absurdo. Claro que las habrá, pero lo que se cobre estará más cerca de la miseria, con suerte, del 40% del último salario que del 80% de la actualidad.

Esto será inevitable. Y no estaría de más recordar a los Jefes de Negociado a punto de jubilarse que las pensiones se pagan con cotizaciones e impuestos del presente y que, por lo tanto, todas las promesas, las buenas y las malas, estarán siempre sujetas a lo que se recaude (ahuyentando a las empresas con una amenazante presión fiscal y con tasas de desempleo tan altas como las de España, poco vamos a recaudar) y a la sostenibilidad general de las cuentas públicas españolas; sin perjuicio de que la edad de jubilación será de 70 años o más en un futuro muy cercano, dándose la paradoja que, en algunas residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid, muchos residentes serán más jóvenes que los propios trabajadores.

Los únicos ancianos jubilados que vivirán dignamente son los que tengan hijos que les ayuden, como siempre ha sucedido en la historia de la humanidad.


Comentarios

  1. Una exposición acertada y bien fundamentada. Pienso que será más favorable permanecer en activo y prorrogar la edad de jubilación al máximo, que jubilarse; puesto que, en activo, es más factible percibir una renta suficiente para vivir, o sea, el salario íntegro que una supuesta pensión de jubilación, minimizada al máximo y sin apenas revalorizaciones.

    Lo dicho, jubilarse puede ser nocivo para nuestros intereses por eso debemos conseguir un grupo y NCD aceptable en el proceso de funcionarización.

    Amigos, nos queda mucha vida laboral por delante.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario